¿Internet realmente estará libre de anuncios personalizados?

A principios del mes pasado, sucedió algo importante en la legislación de datos en los EE. UU. Se presentó un proyecto de ley al Congreso y al Senado para evitar que los anuncios digitales utilicen cualquier tipo de datos de orientación que no sean las señales contextuales y la geolocalización del usuario. Si se aprueba este proyecto de ley, cambiaría todo el panorama de la publicidad digital.

 
A continuación, podemos encontrar algunos de los puntos que se presentaron, y que realmente pueden cambiar la industria publicitaria y el marketing digital del día a la noche:
 
  • El proyecto de ley impide que las ad networks y las plataformas publicitarias dirijan anuncios a los usuarios, o que permitan a los anunciantes orientar anuncios a los usuarios a través de (1) la provisión de listas de usuarios o dispositivos, (2) la información de contacto de los usuarios, (3) identificadores que podrían estar conectados a personas o dispositivos, (4) otra información personal que podría identificar a usuarios específicos;

 

  • El proyecto de ley impide que los anunciantes utilicen datos para dirigir anuncios a usuarios que se compraron u obtuvieron de un tercero, o que identifique al usuario como miembro de una clase protegida, que el proyecto de ley define como "raza real o percibida": color, etnia, origen nacional, religión, sexo (incluida la orientación sexual y la identidad de género o la expresión de género), estado familiar o discapacidad de una persona o grupo de personas”;

 

  • En particular, el proyecto de ley permite que los anunciantes utilicen los datos que han recopilado de los usuarios directamente para orientar los anuncios, siempre que el anunciante proporcione una certificación por escrito a las ad networks o plataformas publicitarias de que los datos que se utilizan no se compraron a un tercero y que no identifica a un individuo como miembro de una clase protegida.


Dos días después de la presentación del proyecto de ley en EE.UU., el Parlamento Europeo votó para aprobar el borrador inicial de la Ley de Servicios Digitales (DSA), que también empuja la ley digital en una dirección similar, restringiendo los casos de focalización de publicidad digital.
 
Este proyecto de ley y el borrador hacia un “Internet sin anuncios personalizados” deben ser atendidos con mucha cautela por parte de los gobiernos, a simple vista piensan que pueden estar protegiendo los datos de los usuarios, pero al final, podrían estar perjudicando a todos.
 
Es innegable que existe un equilibrio entre la privacidad y la experiencia del usuario. Cuantos más datos proporciones como usuario, más recursos tiene una aplicación o un sitio web para crear una experiencia personalizada que probablemente te complacerá. El usuario debe tener la opción de optar por no recibir anuncios personalizados y no solo prohibirlos todos. Si alguien no se siente cómodo al compartir los datos, puede simplemente no compartirlos y recibir anuncios aleatorios o puede compartir sus datos y recibir anuncios que estén más alineados con su personalidad y comportamiento en línea. El usuario debe tener el poder de decidir su experiencia.
 
Hay otro punto muy importante, ¿qué pasaría económicamente con todas las empresas de medios, publicidad y tecnología con la prohibición de la personalización de anuncios? Esto creará un panorama tan adverso también para los anunciantes y publishers, que afectará directamente a los consumidores de manera monetaria. Si los grandes publishers pierden ingresos de los anuncios personalizados, su salida simple es cobrar más por sus medios normales. Inflar el costo y disminuir el rendimiento afectará a los anunciantes que no invertirán tanto en esos canales ya que dejan de ser relevantes.
 
A pesar de lo que mucha gente piensa, muchos sitios web y aplicaciones no solo tienen fines de lucro. Una gran parte de sus ingresos paga las operaciones, la estructura del sitio web e incluso les ayuda a crear contenido nuevo. Digamos que de un día a otro, este flujo de ingresos caería un 50%, seguramente algunos sitios web comenzarán a cobrar un extra para mantener su propio producto o veremos aún más aplicaciones de paga en el mercado.
 
Todo este debate nos hace pensar en cuánto cuesta realmente Internet y el valor del contenido que consumimos en él. Este precio es en realidad intrínseco a nuestro uso y es por publicidad. Si no hay publicidad o no es efectiva, es muy probable que los sitios web, publishers aplicaciones, empresas de tecnología y medios encuentren otra forma de mantener vivo su negocio, la forma será cobrando por sus servicios.
 
Hace unos pocos años Vox hizo un artículo hablando de eso. Llegaron a la conclusión de que el costo de Internet sin publicidad sería de alrededor de $35 dólares más por mes para cada usuario en los EE. UU.
 
¿Tiene sentido prohibir diferentes tipos de publicidad y crear una Internet paga sin publicidad?, o ¿deberíamos dejar esta decisión a los usuarios, para que puedan elegir su propia experiencia?

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